La tecnología ha permitido que podamos romper muchas barreras. La palabra tecnología crea sentimientos diversos, algunos han llegado a pensar hasta en el establecimiento de un nuevo orden teológico y filosófico respaldado en el nuevo conocimiento. Richard Dawkins, escritor controversial (“The God Delusion”) propuso que la ciencia debería desempeñar un papel evangelizador, idea compartida por la astrónoma Carolyn Porco quien plantea que la ciencia debería convertirse en una “Iglesia alternativa”. A decir verdad, la ciencia y la tecnología, solucionan hoy en día tantos problemas que el solo hecho de insinuar un mundo privado de sus favores suena sacrílego.
Será que esta tecno dependencia que posee la humanidad le ha dado a la ciencia un lugar de culto y sus grandes soluciones tecnológicas juegan ya un papel mesiánico
Los antiguos sacerdotes, chamanes, magos y curanderos atribuían divinidad a todo aquello que poseía propiedades extraordinarias y que no podían explicar con su insipiente conocimiento; descontamos si su influencia era poderosa, como la erupción de un volcán, la lluvia o el desbordamiento de un río, ya en ese punto, el asunto radicaba en desentrañar los secretos en la psiquis de la deidad, definir su personalidad, escribir su agenda y establecer un cronograma medianamente fiable para sus estados de ánimo. No quisiera imaginarme la cantidad de dioses nuevos que existirían hoy en día para aquellos antiguos sacerdotes, poseedores del conocimiento no terreno; si tan solo nos animásemos a trasladarlos en el tiempo. Háganse la idea de un sobre abrigado cromañón, luciendo sus pieles por Callao y Corrientes; con su facilidad divinizadora establecería un nuevo panteón y posiblemente de varios cientos de dioses todos ellos inspirados en las nuevas tecnologías: Dios Automóvil, Dios Luz Eléctrica, Dios Coca Cola (el agua oscura muy dulce que habla y baila)...
Si bien el concepto tecnología, no me inspira aun sentimientos teológicos, si tengo para con sus logros un respeto merecido, ya que simbolizan el esfuerzo consecutivo de generaciones, en la sola búsqueda del mejoramiento de nuestra calidad de vida. Si bien todavía pagamos por algunas consecuencias propias del aprendizaje en la correcta utilización de las nuevas tecnologías no podemos ni por asomo ocultar los beneficios que han significado para la civilización humana sus múltiples aplicaciones.
Integración y tecnología
Es muy difícil pensar en una real integración del mundo convencional al mundo adaptado, es mucho más fácil pensarlo al revés, es decir, que las personas con capacidades diferentes mediante la tecnología eliminen las barreras y se sumen a un mundo convencional. ¿Qué impide hoy que un ciego o un discapacitado motriz pueda desplazarse libremente por el metro o que un sordo pueda escuchar a Madona en el MTV?… ¿una rampa o un subtitulado?. La tecnología empieza hoy a jugar un papel preponderante en la integración, pero aun no puede satisfacer todos los requerimientos que le son exigidos; entonces el respeto y la solidaridad aun deben ser los valores integradores, esperando Marta, que cuando la tecnología desempeñe el rol que le corresponde, estos valores: Respeto y Solidaridad solo cumplan una función humanizante y de balance.
Será que esta tecno dependencia que posee la humanidad le ha dado a la ciencia un lugar de culto y sus grandes soluciones tecnológicas juegan ya un papel mesiánico
Los antiguos sacerdotes, chamanes, magos y curanderos atribuían divinidad a todo aquello que poseía propiedades extraordinarias y que no podían explicar con su insipiente conocimiento; descontamos si su influencia era poderosa, como la erupción de un volcán, la lluvia o el desbordamiento de un río, ya en ese punto, el asunto radicaba en desentrañar los secretos en la psiquis de la deidad, definir su personalidad, escribir su agenda y establecer un cronograma medianamente fiable para sus estados de ánimo. No quisiera imaginarme la cantidad de dioses nuevos que existirían hoy en día para aquellos antiguos sacerdotes, poseedores del conocimiento no terreno; si tan solo nos animásemos a trasladarlos en el tiempo. Háganse la idea de un sobre abrigado cromañón, luciendo sus pieles por Callao y Corrientes; con su facilidad divinizadora establecería un nuevo panteón y posiblemente de varios cientos de dioses todos ellos inspirados en las nuevas tecnologías: Dios Automóvil, Dios Luz Eléctrica, Dios Coca Cola (el agua oscura muy dulce que habla y baila)...
Si bien el concepto tecnología, no me inspira aun sentimientos teológicos, si tengo para con sus logros un respeto merecido, ya que simbolizan el esfuerzo consecutivo de generaciones, en la sola búsqueda del mejoramiento de nuestra calidad de vida. Si bien todavía pagamos por algunas consecuencias propias del aprendizaje en la correcta utilización de las nuevas tecnologías no podemos ni por asomo ocultar los beneficios que han significado para la civilización humana sus múltiples aplicaciones.
Integración y tecnología
Es muy difícil pensar en una real integración del mundo convencional al mundo adaptado, es mucho más fácil pensarlo al revés, es decir, que las personas con capacidades diferentes mediante la tecnología eliminen las barreras y se sumen a un mundo convencional. ¿Qué impide hoy que un ciego o un discapacitado motriz pueda desplazarse libremente por el metro o que un sordo pueda escuchar a Madona en el MTV?… ¿una rampa o un subtitulado?. La tecnología empieza hoy a jugar un papel preponderante en la integración, pero aun no puede satisfacer todos los requerimientos que le son exigidos; entonces el respeto y la solidaridad aun deben ser los valores integradores, esperando Marta, que cuando la tecnología desempeñe el rol que le corresponde, estos valores: Respeto y Solidaridad solo cumplan una función humanizante y de balance.